24 min
El ritmo frenético del día a día nos aleja de nuestros objetivos y es fácil dispersarse.
Estos 24 minutos te ayudarán a conectar de nuevo contigo misma y con lo que quieres.
Todas las asanas buscan que tu espalda esté saludable y que ejercites diferentes grupos musculares.
Tanto al entrar, como manteniendo y al salir, se produce un masaje en los órganos internos y los distintos sistemas del cuerpo (cardiovascular, glandular, reproductor, digestivo o nervioso) experimentan un efecto positivo.
Además, en el plano emocional, cada asana te afecta de alguna manera.
En tu relación con la práctica de las asanas se refleja cómo gestionas las situaciones de tu vida.
Unas te gustan y las disfrutas y en otras las respiraciones se te hacen larguísimas…
Unas te parecen más fáciles y otras inalcanzables.
Intenta conocerte en las posturas, sin juzgarte, observando qué pasa.
Si te observas, te ves, puedes guiarte mejor en tu camino.
En la secuencia de hoy vemos
- Movimiento Vaca-Gato: calienta toda la columna vertebral al ritmo de tu respiración.
- Trikonasana o triángulo extendido: Aumenta la propiocepción, el sentido del espacio que ocupa nuestro cuerpo. Imagina que tienes una pared detrás tuyo, más que bajar para tocar con tu mano la espinilla, intenta rotar y abrir tu cadera.
- Prasarita: se la considera una semi invertida porque la cabeza está por debajo del nivel del corazón, pero también es una flexión hacia delante.
- Setu Bandasana, el puente: calma el cerebro y ayuda a aliviar el estrés.
Calma el cerebro y alivia el dolor de cabeza.
Estimula también las glándulas tiroides.
- Viparita Karani (piernas sobre la pared): aligera la circulación de las piernas.
- Torsión: flexibiliza la espalda, desbloquea las vértebras y libera la tensión del plexo solar. Si estás menstruando o crees que puedes estar embarazada, haz una torsión muy ligera.